El lunes 31 de agosto por fin estrené la nueva T1 de Barcelona. La impresión general es muy buena, ya que aunque está bastante alejada de la T2 que es donde llegué salen cada nada autobuses gratuitos que unen una terminal con la otra. La distribución interior es sencillamente perfecta, con una especie de filo de espada que es donde están los fingers y en la
empuñadura, una vez pasado el control de seguridad, los servicios de restauración, tiendas de ropa, etc... Por otra parte el rodaje hasta cabecera de la 25L que es por donde normalmente se suele despegar no se hace muy largo (dependiendo también de en que parte de la
espada estés...). En el lado negativo que mi equipaje se marchó a otro aeropuerto, pero bueno, de eso no creo que se pueda responsabilizar a la nueva terminal.
Por cierto, que por fin tuve la suerte de volar con esta preciosidad...